Capítulo 6 - El hobbie de Sky

Kyle estaba sentado en las grandes y anchas escaleras del frente observando el atardecer. Acababa de llegar de la oficina y se sentía un poco cansado. Pero el atardecer valía la pena. Y más lo podría disfrutar si su pareja, si sus parejas estuvieran con él.


Veía el horizonte y su mirada se desviaba a su auto último modelo. Era bonito, pero extrañaba su viejo Crown, en él se sentía completo cuando estaba en Los Ángeles.

Pronto entró el auto de Renzo por el camino de grava. Que ironía, había dejado a un Renzo atrás para encontrar a uno nuevo. Y ambos eran rubios.

Cuando se detuvo Renzo salió del auto y caminó lentamente hacia las escaleras –Hi –Levantó la mano mientras se sentaba junto a Kyle.

–Hola –Ambos se quedaron en silencio durante un momento.

–¿Te puedo decir algo? –Preguntó Renzo de repente.

–Si

–Me sería demasiado fácil enamorarme de Sky. –Kyle frunció el ceño profundamente. –Pero Sky es la pareja de Rocco.

–Lo sé, pero Rocco al parecer no lo quiere. Bueno, si lo quiere, pero no quiere perder su libertad. Aun no le dice que son pareja, y el anhelo está matando a Sky.

–Sé lo que es eso. –Contestó tristemente Kyle. –¿Y tu como te sientes al respecto?

–Quiero patear el culo de Rocco por hacer a su pareja a un lado. –La casi siempre pacifica expresión de Renzo cambió a furia en pocos segundos.

–Pero tú también tienes a tu pareja Renzo.

–Sí, pero es un arrogante saco de mierda, al cual odio más que nada en este mundo. No sé que hice para merecer algo así. Y está mi… olvídalo.

–El destino nos tiene preparado lo mejor Renzo.

–No lo creo, si tan solo me hubiera mandado como pareja a mi amigo Kaden, todo sería diferente. Él es amable, adorable, guapo, simpático. Tiene miles de virtudes. –Kyle cerró los ojos momentáneamente, cuando un profundo dolor, el cual creyó muerto, inundó su pecho. El mismo dolor que sintió cuando murió Renne, y cuando le informaron de la muerte de su mejor amigo.

Ahora que nombraban a Kaden, aunque no fuera la misma persona, su corazón se encogía. Extrañaba al hombre más que nunca.

–¿Cuál es el apellido de tu amigo? –Si tan solo hubiera una pequeña y errónea casualidad.

–Su nombre es Kaden Michaels –El corazón de Kyle dejó de latir mientras el aire quedaba atrapado en sus pulmones.

–¿Tiene el cabello oscuro, ojos azul claro y una pequeña cicatriz en el mentón? –Las preguntas apresuradas y llenas de esperanza hicieron que Renzo asintiera vigorosamente.

–Sí, ¿lo conoces? –El rostro de Renzo estaba lleno de confusión.

Kyle asintió lentamente mientras hacía la pregunta más importante del día –¿Me puedes llevar a verlo?

–Claro, no hay ningún problema.

Ambos se pusieron de pie, y por primera vez, Kyle pudo ver un gran moretón en el mentón de Renzo. –¿Qué te sucedió?

–Larga historia. –Contestó Renzo con una sonrisa.



***

Veinte minutos más tarde estaban entrando por un camino de grava de una pequeña casa de color amarillo de dos plantas. Afuera había todo tipos de gnomos de jardín sobre el césped. El porche estaba cubierto por un elaborado tejado de madera, del cual colgaba un pequeño columpio. Había una camioneta todo terreno de color negro junto con dos autos iguales estacionados frente al porche.

Renzo estacionó el auto y bajaron.

Subieron las escaleras del porche y Kyle se detuvo ahí, no quería avanzar más y ver que no se trataba de la misma persona. ¿Qué tal si se trataba de una muy brutal coincidencia?

Se escuchaba una charla muy animada dentro de la casa, y Kyle tembló al escuchar la grave voz que había dejado de oír cinco dolorosos años atrás.

Renzo tocó la puerta y todas las conversaciones se detuvieron. –¿Quién es? –Preguntó de nuevo esa grave voz.

–Soy yo, Renzo. –Se escuchó un traqueteo en la parte delantera de la casa, y luego un momento de silencio hasta que se abrió la puerta.

Al verlo Kyle cayó de rodillas sin poder evitarlo, sus lagrimas salieron en torrentes infinitos mientras veía al hombre que había sido su mejor amigo, estaba vivo.

–¿K-Kyle? ¿Eres tú? –Gritó por el dolor jamás experimentado que sufrió en ese momento. Era de alivio, como si algo fuera levantado de su pecho al ver a Kaden.

–¡Kyle! –Kaden corrió hacia donde se encontraba con sus ojos azul claro, rojos y húmedos por la emoción.

Kaden lo ayudó a levantarse y se dieron un gran abrazo, uno que decía muchas cosas. Eran los mejores amigos cuando Kaden fue dado por muerto, y Kyle esperaba que aun lo fueran. Porque Dios sabia que en ese momento necesitaba a su amigo…