Capítulo 7 - El Hobbie de Sky

Hola mis chicos, aquí reportandome, espero que estén bien, y bueno, estoy reanudando mis historias, ya que he tenido un poco de tiempo libre, espero que no se hayan desesperado demasiado, y bueno todo el rollo de la privatiacion, hay que dejarlo atrás, ahora ya estaré más presente en esto, y bueno, aquí les traigo el capi 7 de El Hobbie de Sky.

Es un poco corto, pero ya está en proceso 8 y 9, asi que aqui nos estaremos viendo...

Un beso y disfruten de este capi...

Capitulo 7

Renne miraba con los ojos húmedos a Kyle. Su corazón había dejado de latir durante unos momentos cuando  escuchó su nombre.

Se veía tan guapo, tan hermoso y tan… triste. Cansado y mucho mayor.

 Sus facciones eran las mismas, su mirada era exactamente igual que la última vez que se dejó ir en ella.  Solo que, se veía gris.

—¿Qué está sucediendo? —Preguntó Sky detrás de él. Y un sollozo salió de sus labios, porque extrañaba profundamente a esos dos hombres, más que respirar, pero no podía acercarse, por lo menos no aun.

La escena que se desarrollaba frente a sus ojos era tan conmovedora, que tuvo que apartar la mirada, para evitar saltar sobre Kaden, el hombre estaba tratando con demasiada familiaridad a Kyle, y que un completo extraño lo hiciera, y no él, hacía que su corazón latiera diez veces más rápido.

—Tenemos que irnos Renne. Tenemos que realizar el trabajo —Las palabras venían en torrentes lejanos, Renne no estaba listo para irse, no quería dejar de observar al hombre por el que lloraba todos los días, y por el que oraba cada noche.

—Kaden, ¿recuerdas? —Dijo con una fingida sonrisa. Nienna lo vio fijamente por lo que parecieron cien años, ella leía todo en él. Y eso hacía que los vellos de la nuca de Renne se levantaran.

—Kaden no estará en condiciones de pelear después de esto, Renne.

—Nienna tiene razón, Renne, no sé qué demonios está sucediendo aquí, pero después de lo que acabo de ver… tenemos que irnos Renne.

—¡No lo entiendes Sky! ¡Yo lo amo! No puedo irme de esta manera. —Sky estaba visiblemente pálido después del arrebato de Renne, pero Dios sabía que él tenía razón. Sky no sabía lo que era amar profundamente y perderlo todo.

—Sky no tiene la culpa de tus contradictorios sentimientos, y sabes que tengo razón, Renne. Lo tienes frente a ti, has algo, ¡con un demonio!

—¡No puedo hacerlo Nienna! No puedo, no aun.

—Si no es tiempo, ¿Entonces cuando lo será Renne? ¿Cuándo?

—No lo sé Nienna. Tal vez nunca sea tiempo. Y-yo lo siento Sky, no quería gritarte.

—No te preocupes por nada viejo. —Contestó Sky con una deslumbrante sonrisa.

—Creo que es tiempo de irnos… —La cara de Renne se descompuso por las inminentes lágrimas. Él no quería irse, pero en el fondo sabía que era lo correcto. Tenían que marcharse.

Salieron por la puerta trasera de la casa y se dirigieron a… —¡Rayos! Nuestro auto está estacionado al frente. Tendremos que esperar a que ellos se marchen. Los chicos se pueden ir después, pero nosotros tenemos que marcharnos ya. —Nienna estaba divagando mientras la mente de Renne estaba a miles de años luz de distancia.

—¿Renne?—La sangre de Renne se heló y levantó la cabeza rápidamente. Todo a su alrededor se distorsionó cuando vio directamente a esos impactados y hermosos ojos azules que hacían que todo el oxigeno a su alrededor se acabara rápidamente.

Vio a todos lados buscando una ruta de escape, pero no encontraba ninguna, Nienna se había quedado extrañamente silenciosa y Sky no sabía qué era lo que sucedía, así que no había nada más que hacer frente a lo que llegara.