Capítulo 3 -El hobbie de Sky

Sky caminaba tambaleante de regreso a la ciudad, no sabía por qué demonios estos chicos no tenían un auto.


–Bien Sky, ahora que sabes nuestro pequeño… secreto, creo que es hora de que te matemos.

–¡Nienna! –Gritó Renne viendo la mirada horrorizada de Sky.

Ella solo rió fuertemente. –Lo siento Sky, siempre quise decirlo.

Caminaron en silencio durante unos momentos hasta que Sky habló –Hoy conocí a un chico que me movió el mundo.

Nienna chilló como una niña pequeña y se acercó a Sky pasándole un brazo por los hombros. Renne solo se limitó a sonreír. Y Sky se preguntó cuál sería su historia. –¿Como es él? –Preguntó la chica con ojos soñadores.

Sky cerró momentáneamente los ojos recordado los ojos chocolate y esa piel de olivo que le hacía salivar, ese sexy pecho que era estirado por una camisa negra y esas poderosas piernas envueltas en unos desgastados jeans.

–Magnifico. –Nienna rodó los ojos y exigió más detalles.

Sky rió un poco –Bien, bien, sus ojos son como chocolate derretido, su piel es morena, tiene unos labios besables, y su constitución es musculosa y sexy, tiene un aire arrogante y divertido a la vez. Su acento es italiano…

–¡Rocco! –Gritaron sorprendidos Renne y Nienna al mismo tiempo.

–¿Lo conocen? –Preguntó Sky avergonzado de haber revelado demasiada información a dos personas que conocían a Rocco.

Nienna sonrió incluso mas –Si eso era posible –¿Qué si lo conocemos? Es mi tío, bueno algo así, y Renne es… bueno, su amigo. , Pero te diré una cosa, si lo ves nuevamente no nos menciones, tu no nos conociste, ¿correcto?

Sky protestó rápidamente –Pero me divertí matando zombis.

–Esto no es un juego Sky, esto es la vida real, donde hay vidas reales en peligro real.

–Lo siento, yo solo…

–Bienvenido a nuestro grupo –Dijo Nienna abrazándolo fuertemente. –Pero tenemos que entrenarte y ayudarte a mejorar esas piernas que te fallan.

–¿Cómo te diste cuenta? –Preguntó Sky alarmado.

–Eres un jovencito transparente.

Sky rodó los ojos ante su declaración –Soy mayor que tu, eso es obvio.

Ella solo se encogió de hombros y siguieron caminando.

Diez minutos más tarde llegaron al sitio en el que se habían conocido, y sus cosas aun estaban tiradas en el suelo. Nienna y Renne le ayudaron a levantarlas y se las dieron. –Mañana a la misma hora que te encontramos hoy iremos a entrenar, espero que seas puntual Sky.

Sky asintió vigorosamente y caminó de regreso al apartamento, que mal que solo hubiera transcurrido una hora desde su encuentro con los chicos, él quería que el tiempo pasara rápidamente para regresar a su estado de adrenalina.

Estaba a punto de llegar al bloque de apartamentos cuando su cuerpo fue empujado contra la pared y sus cosas cayeron, nuevamente.

La adrenalina pitó en sus oídos y trató de quitar de encima al sujeto que lo mantenía pegado a la pared, miedo inundaba su sistema, tenía miedo de ser abusado o peor aún, asesinado.

Recordó lo que le dijo Renne acerca de golpear las bolas y eso fue lo que hizo. Se las ingenió para meter una de sus piernas entre las del hombre y lo pateó duramente en las joyas de la familia.

El hombre chilló mientras caía al suelo y se tomaba la entrepierna. La luz de la farola iluminó el rostro de su atacante y horrorizado se dio cuenta de que era el chico chocolate.

–¡Ah mierda! –Sky se aventuró a ayudarlo, pero no sabía que intenciones tenía el sujeto, por más caliente que fuera, bien podría ser un asesino en serie, así que se detuvo en el último momento.

–¿Por qué demonios hiciste eso? –Preguntó el hombre mientras se ponía lentamente de pie, aun con sus manos cubriendo su entrepierna.

–Bien podías ser un asesino en serie, uno nunca sabe.

–En este momento me gustaría ser un asesino en serie, creo que no podré tener otra noche de sexo caliente. –El hecho de que el hombre estuviera hablado de sexo y que no fuera con él, enervó a un nivel mayor a Sky, tomó sus cosas derramadas y emprendió su camino al departamento.

–¡Hey! ¿A dónde vas? –El chico lo siguió rápidamente y lo tomó del brazo. –¿No me contestarás?

–Voy a mi casa, estoy muy cansado. –La atracción que sentía hacia el tipo era fuerte, pero Sky no quería pensar en ello por el momento, estaba un poco molesto y no sabía la razón, bueno si lo sabía pero jamás lo revelaría.

–¿Quieres que te acompañe? –La pregunta hizo a Sky sentirse un poco poderoso, pero siguió siendo el chico duro.

–Lo estás haciendo –Dijo encogiéndose de hombros. –Rocco tomó las cosas de las manos de Sky y siguieron caminando en silencio.

–¿Cómo te llamas? –Preguntó Sky.

–Rocco Giovannetti. –Sky asintió y siguieron caminando.

Llegaron a la puerta del departamento de Sky y en la puerta contigua se escuchaba Paparazzi de Lady Gaga, Sky rodó los ojos por la chica post adolescente que vivía ahí y escuchaba música a esas horas.

Sky estaba a punto de abrir la puerta cuando sintió a Rocco presionarlo contra la pared y pegándose contra él. Presionó su duro pene contra su trasero y Sky casi se vuelve loco por las sensaciones que corrían su cuerpo. Rocco lo giró y quedaron cara a cara, Rocco puso las manos de Sky sobre su cabeza mientras se movía lentamente al ritmo de la música. Movió la cadera en círculos mientras lamia un lado de la cara de Sky.

Era el baile más erótico que alguna vez presenció Sky.

Rocco bajó poco a poco sus labios hasta que los selló a los de Sky, jadeó y fue lo que Rocco estaba esperando para introducir su lengua profundamente en la boca de Sky, parecía como si estuviera succionando su alma, porque Dios, ¡El hombre sabía cómo besar!

Rocco se separó un poco y vio a Sky a los ojos, su corazón hinchándose con cada respiración que daba.

–Espero verte mañana –Dijo Rocco mientras soltaba a Sky y se marchaba.

–¡No puedes hacerme esto! –Gritó enfurecido Sky porque Rocco lo dejó con un pene duro y muy, muy cansado.





***



–Si, como te decía, Rocco anoche recibió una dura patada en las bolas por acosar a un chico en el pueblo. –Decía Rob a todos los chicos en la habitación, y Rocco casi se ruboriza, ¡pero demonios! Él encontró a su pareja, ¿Qué querían que hiciera? No había encontrado una manera más sencilla de abordarlo que esperar a que su turno terminara. Y ahora él caminaría extraño durante unos días.

Salió de la sala de televisión y decidió que era momento de ir a su casa a relajarse. Odiaba haberle contado a Rob su reciente encuentro con Sky, omitiendo los oscuros detalles.

Cuando caminaba hacia la puerta, llamaron a esta, y se apresuró a abrir, pero cuando lo hizo no había absolutamente nadie, se preguntó si no había sido producto de su imaginación.

Dirigió su mirada hacia el piso y se llevó una gran sorpresa al encontrarse con una cesta grande. –por favor que no sea un niño, por favor, por favor, por favor… –Suspiró aliviado cuando abrió la canasta y se dio cuenta de que en efecto no era un niño, era… –¿Comida? –Tomó la cesta vio hacia todos lados y se dirigió con ella hacia la cocina. La puso sobre la barra y se sentó a observarla detenidamente.

–¿Qué haces Rocco? –Preguntó Emyr entrando a la cocina.

–No tengo ni la más mínima idea.

Emyr se sentó frente a Rocco y ambos se quedaron viendo la cesta durante algún tiempo. –¿Por qué hacemos esto? –La cara de Rocco se contorsionó por la enorme carcajada que dejó salir. –Creo que estamos un poco locos. Lo cierto es que esta cesta llegó a la puerta y adentro hay comida, ¿Qué tan raro es eso?

Las cejas de Emyr se juntaron en gesto de concentración –¿Tiene alguna tarjeta o algo?

–Duh… no me he fijado.

–¿Y que estas esperando? –Rocco se giró hacia Emyr con una mirada de reproche, –¿Es tu día de… fastidiemos a alguien con tantas preguntas como puedas?

–No, simplemente estoy señalando lo obvio, ¿no crees?

–Ok. –Rocco se inclinó sobre la cesta y sacó una pequeña tarjeta sin firma que se encontraba adentro.





–Por que a pesar de todo, les agradezco los buenos momentos… Alsa Y Kyle–¿Qué loco era eso?

–Bieeeen. –Dijo Emyr humeando dentro de la cesta. –¿Qué es lo que tenemos aquí? –Emyr abrió unos refractarios y el aroma más glorioso de todo el mundo inundó su nariz, el aroma a vino, tomillo, apio, ajo y cordero hizo que su boca se hiciera agua.

–¿Sabes que esto no nos pertenece verdad Rocco? –Preguntó Emyr rogando con la mirada.

Rocco tenía que ser fuerte a la tentación. –No, no nos pertenece, y tenemos que entregárselo a sus dueños. –Dijo tapando el refractario.

–Pero están tan solos esos deliciosos medallones… quieren hacerle compañía a mis dientes.

–Emyr, compórtate, pareces un cachorro.

–Está bien. Ahora vuelvo, llamaré a Alsa.

–Bien. Has eso, yo me quedaré a cuidar esta cesta.

–Maldito suertudo. –Rocco sonrió mientras Emyr e iba refunfuñando.

Cuando la cocina se quedó en silencio, Rocco pensó en su pareja. El pequeño humano era irreverente, sus atentos y abiertos ojos miel, su pequeña pero feroz y bien definida constitución, el cabello rubio arena que parecía indomable. Todo en él era excitante pero demandante. Una pareja necesitaba mucho tiempo, y Rocco no sabía si dar el paso. Quería disfrutar un poco más de su libertad. Mucho más a decir verdad. Era un alma libre, no podía negarlo. Pero vaya si no le gustaría jugar con el pequeño.

Rocco escuchó la risa de Alsa desde el vestíbulo y cerró los ojos momentáneamente, hacía tanto tiempo que no escuchaba la risa de su amigo. Desde que Renne había muerto, casi todo era silencio en la casa. Desde la desaparición de Nienna y el cuerpo de Renne.

–¿Qué es lo que tienen para mi chicos? –Preguntó entrando con una moderada sonrisa a la cocina.

–No lo sé, esto llegó hace un rato y creemos que es para ti y Kyle.

Alsa se acercó curioso hacia la cesta y cuando abrió los refractarios su cara brilló de alegría. Pero cuando leyó la pequeña tarjeta su expresión cayó. –Saben que esta no es una buena broma chicos. ¿Quién ha hecho esto?

–Nosotros no hemos sido Alsa. Esto llegó hace un rato. Lo juro –Dijo Rocco con la mirada solemne.

Los ojos de Alsa se veían empañados pero Emyr y Rocco sabían que Alsa no lloraría, no frente a ellos.

Tragó duro y tomó la cesta de la mesa, asintió hacia ellos y caminó su regreso a su oficina.

Rocco y Emyr lo vieron caminar tensamente, su mente había sido burlada en más de una ocasión y nunca se había visto de esa manera, quizás el regalo que le había sido enviado era una señal, pero no siempre las señales eran buenas, Rocco esperaba que esta fuera una buena.

***

Alsa caminó hasta su oficina y se sentó en su silla mientras observaba la pequeña nota.

“Porque a pesar de todo, les agradezco los buenos momentos… Alsa Y Kyle. “Quizás era una cruel broma de alguien, pero la caligrafía era dolorosamente familiar. Leyó la nota una y otra vez mientras sus ojos se empañaban de lágrimas, había estado a punto de llorar frente a los chicos pero jamás se lo permitiría. Ya lo había hecho una vez y con esa era suficiente para toda una vida.

Su mente estaba a miles de kilómetros de distancia cuando la puerta de la oficina se abrió dejando entrar a su hermosa pareja. Alsa aun no se cansaba de la vista de Kyle, pero cada día que pasaba era más obvia su debilidad. Ambos necesitaban a Renne para sobrevivir, literalmente hablando. La tímida sonrisa de Kyle murió cuando vio la cara de Alsa.

–¿Qué sucede Alsa? –Kyle se apresuró hacia Alsa evaluando su rostro.

Alsa le entregó la pequeña tarjeta y vio que los ojos se Kyle gotearon al instante. –¿Pero cómo? ¿Podrá ser? –Alsa negó con la cabeza mientras hablaba. –No lo sé amor. Estoy tan confundido como tú, pero eso no es todo. Aquí hay comida para ti y para mí.

–¿Es seguro? –Preguntó Kyle mientras se asomaba a la cesta con comida.

–No lo sé, pero si no es seguro, moriremos felices y con una buena noticia…