Capítulo 1 -El hobbie de Sky

Chicos, espero les guste este primer capítulo del segundo libro, en el cual, creanme, hay muchas sorpresas, pero por el momento les dejo este capítulo, espero que lo disfruten y comenten que les pareció. Besos!
VOLVERÉ, LO JURO (V)

Capítulo Uno

Sky regresó su camino hasta su habitación y entró. Era pequeña, como todo en el apartamento de Kevin, pero no podía quejarse, era todo lo que tenia.


El viejo Sky estaba acostumbrado a grandes cosas, a viajes por el mundo, a autos del año, a todo lo que el dinero puede comprar. Pero con el funeral de sus padres, con la economía por los suelos, con graves lesiones con las que lidiar, con todo eso su gran fortuna fue disminuyendo gravemente, en menos de un año se terminaron los miles, los millones, los centavos, todo el dinero se fue como agua por la coladera. Ya no era Sky Ybarra el rico, ahora era Sky Ybarra el prácticamente pordiosero, que tuvo que pedir asilo a su primo, del cual se burlaba por trabajar para poder sobrevivir.

El nuevo Sky tenía que acostumbrarse a las pocas comodidades, a la comida rápida, a limpiar, a vender una gran mansión para poder pagar las deudas. Lo cual recaía en un joven de veintitrés años que desperdició su juventud en fiestas y sexo impersonal.

Suspiró audiblemente y trató de concentrarse en limpiar la habitación. Ordenó meticulosamente cada cosa en su lugar, cada recuerdo que hacía a sus ojos lagrimar, trató duramente con la rabia que se encendía en su interior, como siempre lo hacía cada vez que esta llegaba.

La vida era tan injusta, siempre se preguntaba el porqué de todo lo que sucedía a su alrededor. El porqué de la muerte de sus padres, el porqué de su pobreza.

Después de limpiar la habitación se sentó en la cama a observar el papel tapiz azul.

Su vida últimamente era una mierda, sus “amigos” hacía meses que no lo llamaban, cuando supieron que no tenía dinero, simplemente se alejaron fingiendo estar ocupados. Sky soltó una risa seca al recordarlos. Ahora que lo pensaba, ninguno valía la pena como para que se sintiera de esa forma tan patética.

Se sacudió mentalmente y se quitó la ropa. Una ducha, si, necesitaba una ducha.

***

–Muy bien muchacho, tu puedes. Aniquílalos, no dejes a ningún bastardo con vida. –La cacería estaba de maravilla, simplemente faltaba que palmeara la espalda de su mejor amigo Darius.

–Rocco, deja de tocarme, me haces sentir incomodo, además no dejas que termine este nivel. –Dijo Darius mientras le daba una mirada todo ceño fruncido. Lo cual sabía que Rocco odiaba.

–Arquero, tú simplemente no puedes matar a todos esos zombis solo, necesitas mi ayuda, admítelo.

–Nunca, yo puedo hacerlo solo.

–Admítelo.

–Nunca. –Rocco nunca se cansaría de ese juego estúpido. –Darius…

–No –Simplemente se encogió de hombros y guardó silencio contando mentalmente hasta… diez. –Muy bien, necesito ayuda.

–Lo sabía, nunca puedes hacer nada sin mi Darius, soy algo así como tu caballero de brillante armadura.

–Vete a la mierda Giovannetti y juega. –Dijo extendiendo el control del videojuego a Rocco.

–No vuelvas a llamarme Giovannetti en ese tono, mi apellido es demasiado… fino para que lo utilices con ese tono de voz.

–¿Por qué discuten señoritas? ¿Síndrome premenstrual? Creo que simplemente están comparando esmaltes de uñas. Gran cosa. –Dijo Rob Bailey entrando al cuarto de televisión. Su constitución fuerte y alta desviaba la atención de sus grandes colmillos.

–¿Qué quieres Rob? Estoy tratando de aniquilar zombis. –Rob se dejó caer en el sofá a su lado observando todo a su alrededor, como si todo fuera nuevo para él. Como si un año atrás no hubiera estado sentado en el sofá jugando videojuegos. Rocco lo observó detenidamente, el hombre era apuesto, y lo mas cool de todo, era un vampiro que podía broncearse.

–Sabes Rocco… deja de verme así, me da la impresión de que estas enamorado de mi. –Dijo viendo una fotografía de Renne que se encontraba en la repisa.

Renne era una de las parejas de Alsa, el chico que los guiaba o el “Rey” como lo conocían, pero desafortunadamente Valcko Remnsik, el hombre mafioso que perseguía a Renne por haber descubierto uno de sus sucios secretos, el maldito bastardo, lo había asesinado. Nadie lo había superado completamente, ninguno de los chicos hablaba de Renne frente a Kyle, la otra pareja de Alsa, porque se sentía culpable. Y eso mataba a todos, ellos eran una familia, y ver sufrir a Kyle, por lo menos a Rocco, le dolía.

–Creo que debería de hacer turismo… –Comentó Rocco para alejar la atención de Rob de la fotografía.

–¿Turismo? –Preguntó este con una mirada interrogante. –Sí, ustedes siete, visitaron Europa durante un año y ni siquiera me trajeron algún suvenir. Algún recuerdo, absolutamente nada.

–Tenemos que concentrarnos en los problemas de la guerra Rocco. No podemos marcharnos así como así. –Dijo Darius, quien aun estaba concentrado en el juego.

–Ya que las cosas están así, deberíamos hacer turismo alternativo. –Interrumpió Rob. Y Rocco lo vio con un toque de diversión en su mirada.

–¿Alternativo? –Preguntó inocentemente Darius aun viendo la pantalla y moviendo frenéticamente el control.

–Sí, alternativo, ya que no podemos ir a los lugares, pues nos follaremos a los chicos que estén de visita aquí en Villa Paradise.

–¿Duh? ¿Saben ustedes dos idiotas de closet que a eso no se le llama turismo alternativo? –La cara de Darius no podía ser más cuestionadora.

–Yo lo sé, ¿lo sabes tú Rob?

–¿Idiotas de closet? De que programa infantil sacaste eso Darius?

–¿Tan siquiera has escuchado algo de lo que dije Rob?

–A veces no escucho más allá de “Escucha con atención…” –Contestó Rocco con una sonrisa.

Darius dejó caer el control y se levantó del sofá. –No puedo contra ustedes dos.

Una vez que Darius salió de la habitación Rob y Rocco se deshicieron en carcajadas, mientras chocaban los cinco.

–Salió mejor de lo que imaginé. –Dijo Rocco mientras se limpiaba las lágrimas.

–¡Rocco! –Las carcajadas rápidamente se apagaron cuando escucharon la voz de Alsa, quien difícilmente alzaba la voz últimamente.

–¿Si? –Preguntó Rocco poniéndose firme. –Necesito que vayas a la ciudad y traigas esto. –Dijo entregándole una larga lista de víveres por comprar.

–¿Por qué simplemente no los mandas traer y ya? –Su cara al parecer era muy cómica, por que Alsa estaba tratando de no soltar una carcajada.

–Eres el único que no está haciendo nada Rocco.

–Rob tampoco está haciendo nada.

–Rocco, acabo de llegar de un extenuante viaje, ¿crees que pondrán a este chico recién llegado como mandadero?

–Rob, tu vas con él. –Dijo Alsa dándoles la espalda.

–¿Qué? –La cara de Rob no podría ser mejor.

–Andando Rob, tenemos que hacer las compras cariño…