Capítulo 8 - Una vida sin ti

sábado, 12 de noviembre de 2011
Robbie se preguntó por qué tardaba tanto Evan, hacia ya dos horas que se había despedido de Gregory y Evan aun no bajaba, realmente estaba preocupado. Después de aguantar toda una escena de cursis besos que no deseaba de su mejor amigo, solo quería una buena ducha y Evan no salía, o mejor aún, ducharse con Evan. Cargó con su pequeña maleta hasta el segundo piso, ya no tenía caso seguir con la pintura de la parte delantera, ya no había luz, así que decidió levantar la herramienta y seguir al día siguiente. Evan posiblemente querría irse, así que lo dejaba una noche fría y sola. Con su computadora claro.


Subió pesadamente las escaleras hasta el cuarto de baño, pero se dio cuenta de que la puerta estaba entreabierta, así que entró. Pero el baño se encontraba desierto. Robbie frunció el ceño ante la ropa descartada de Evan en el piso.

Escuchó un pequeño ronquido proveniente de su habitación, y caminó lenta y silenciosamente hasta la puerta abierta.

En la cama se encontraba dormida la fantasía sexual de cualquier hombre y mujer con sangre en las venas, Evan se encontraba acostado bocabajo con un brazo bajo su cabeza y el otro extendido sobre esta, su pierna derecha estaba encogida hasta su cintura y su cara estaba hacia Robbie, estaba desnudo a excepción de esos calzoncillos cortos de color blanco, tan seductores, tan eróticos y excitantes.

Robbie sintió su pene endurecerse ante la vista, y tratando de poner más alivio, pateo la puerta haciendo un gran jaleo, haciendo obviamente que Evan despertara, pero no lo hizo de manera abrupta como sucede, lo hizo lentamente, abrió primero un ojo y luego el otro de una manera tan sexy, que Robbie se dio gracias por hacer el ruido.

Evan se sentó sobre la cama frotándose los ojos. Y al hacerlo y con el cabello alborotado se vio de una manera tiernamente sexy. –Lo siento, no quería despertarte.

-No te preocupes, soy yo el que debe de disculparse, tomé tu cama y me quedé dormido. ¿Qué hora es? –Preguntó bostezando.

-Cerca de las nueve.

-¿De la noche? Dormí demasiado. –Dijo con los ojos muy despiertos.

-No hay de que alarmarse, ya levanté la herramienta y está oscuro afuera, así que te recomiendo que te quedes aquí. No te preocupes, no pasara nada. –Dijo cuando vio la mirada alarmada en la cara de Evan.

-Ya se eso, ya no te intereso Robbie, ahora tienes a tu dulce Gregory para ocuparse de ti.

Robbie se movió rápidamente por la rabia que lo inundó, se lanzó sobre Evan atrapándolo en el colchón, y se frotó sobre él. -¿Qué no me interesas dices? Tan solo con verte dormir haces que me ponga duro. ¿Y dices que no me interesas? –Lo besó duramente, el beso mas erótico que hubiera experimentado en mucho tiempo, un beso que solo quería de Evan.

-Pero tú tienes a Gregory –Dijo Evan jadeando. –Pero te necesito a ti. Quiero que lo comprendas.

-Esto será un error para ti mañana. –Dijo a cambio Evan.

-Nos preocuparemos por ello mañana, ahora solo quiero saborearte. –Dijo bajando por su cuerpo hasta que se encontró cara a cara con el enorme bulto en la ropa interior de Evan. –Ahora me doy cuenta que no soy el único afectado. –Sonrió Robbie mientras masajeaba la polla de Evan sobre el algodón.

-Hazlo Robbie, no me tengas conteniendo el aliento –Dijo Evan con aquella sonrisa que le encantaba. Y Robbie lo hizo. Quitó completamente la ropa interior y tragó el pene de Evan con un frenesí casi extraño. Lo quería saborear desde el primer momento en el que lo volvió a ver. Las explicaciones quedarían para más tarde, ahora quería que su hombre fuera complacido, y para eso estaba él aquí. Para complacer a Evan.

Recorrió con su lengua la gruesa vena del pene de Evan y chupó la punta de manera avariciosa, extrayendo todo el delicioso dulce que salía más frecuentemente de la punta.

Evan se corrió gritando el nombre de Robbie mientras lo tomaba del cabello. Y con ese simple gesto, Robbie también lo hizo, manchando su ropa y las sabanas debajo de él.

Estuvieron jadeando durante unos minutos, tratando de recobrar el aliento.

-Tenemos que limpiarnos, vamos bebé, nos daremos una ducha. –Dijo Robbie, moviendo la pierna de Evan. Robbie se quitó la ropa de camino al baño.

Ambos salieron de la cama y se dirigieron al baño para tomar un baño. Ahí se besaron y se tocaron hasta que ambos estaban duros nuevamente, cosa que era una proeza para Robbie que ya estaba en sus cuarenta.

-Quiero que me folles –Dijo Robbie a Evan. Los ojos de este se abrieron como platos. -¿Estás seguro? –Preguntó.

-Lo estoy, ahora hazlo.

Evan tomó un poco de jabón y lo esparció por sus manos mientras Robbie se ponía con el culo al aire y con las palmas en las baldosas.

Jadeo cuando sintió el primer dedo atravesar el primer anillo de músculos, pero se sintió de una manera reconfortante, el picante escozor era un bálsamo para su corazón.

Un segundo dedo fue insertado en su culo, y Evan los movió en forma de tijera. Pero eso lo hacía tan clínico, no había palabras como en el pasado. No dejaría que esta primera vez juntos fuera así, con los dos callados, y solo haciéndolo para saciar sus necesidades más básicas.

Robbie se giró de manera abrupta, que hizo que Evan se fuera de bruces contra él. -¿Qué pasa? –Preguntó este.

-Quiero que me beses. Con fuerza, quiero que me folles con fuerza, que me dejes gritando de dolor. Y de placer, quiero que saques mi cerebro con la fuerza de tu maldito pene… -Dijo palmeando al agraviado.

Evan no dejó que terminara su discurso por que hundió su lengua hasta la garganta de Robbie. Luego tomó su pene e imitó los movimientos.

-Si bebé, te follare hasta dejarte sin sentido. Ven aquí. ¿Recuerdas la vez que lo quisimos intentar de frente y parados? Lo haremos de nuevo, pero esta vez yo te follare a ti. Ahora quiero que subas el pie al retrete y toques tu pene mientras yo trato de meterme en tu agujero. Esas palabras sucias dichas por la boca de Evan lo calentaron al borde del orgasmo.

Puso su pie sobre el retrete mientras con su mano derecha se sostenía de Evan, -Bien bebé, te sientes tan apretado. Ven aquí, si estoy tan profundo. –Robbie podía sentir a Evan dentro pero no tan profundo, y él quería mas, así que se bajó de donde estaba y jaló a Evan por la polla y la dirigió a la recamara, -Veo que quieres jugar con mi pene cariño.

-No después de que me folles hasta perder el conocimiento.

Robbie se acostó debajo con Evan sobre él, y este le hizo cosquillas con su nariz en el cuello.

Por más estúpido que se viera, Robbie soltó una risa tonta, la que al parecer estimuló a Evan para continuar.

-Es hora de la verdadera acción. Prepárate cariño. –Tomó las piernas de Robbie y las levantó y se introdujo profundamente en su interior. Robbie jadeó y gritó el nombre de Evan, definitivamente había sido mucho tiempo. Se corrió con tan solo sentir a su amante dentro de él. –Oh si Evan, como nunca bebé… si, no pares, más profundo. –Eran unas cuantas de las incoherencias de Robbie mientras se recuperaba.

Evan se corrió después, igual de potente que Robbie. Era el cielo.

***

Después de una ligera siesta hicieron nuevamente el amor, pero esta vez fue menos desesperada, y más tierna, tratando de conocerse nuevamente, esta vez fue Robbie quien penetró a Evan. La experiencia fue tan tierna que Robbie tuvo que enmascarar sus sentimientos durante unos momentos, pero al ver la expresión de total dicha de Evan no lo contuvo y lagrimas silenciosa salieron de sus ojos, y Evan al verlas se corrió duro. Fue la experiencia más reveladora de toda su vida. Definitivamente con Evan dormido en sus brazos podía morir feliz.

2 comentarios:

Beluchiss dijo...

ohh diossss estoyy flipandooooo!!!!! guauuu conn estoss dosss menudoo encuentroo tuvieronn peroo buenoo que pasaraa ahoraa se arreglarann se quedarann juntoss ahhh quenerviosss me voy a leer urgentee el que siguee!!!!!!

judith dijo...

Menos mal que estos dos se están arreglando . Pensé que estarian eternamente enfadados ...

Un apítulo muy hot me ha gustado mucho .

Judith

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