Capítulo 9 - Una vida sin ti

Evan despertó suavemente de la hermosa deriva de sueños, recordando la noche anterior, y lo hermoso que había sido, pero una duda estaba plantada en su mente. Robbie había llorado, ¿era de alegría o de perdida? No lo sabía, y la ignorancia lo estaba matando, tenía que aclarar eso en ese momento. Pero cuando alargó el brazo para tocar a Robbie, este ya no estaba.


Evan se sentó totalmente erguido tan solo para descubrir que estaba totalmente solo.

La ropa de Robbie ya no se encontraba tirada en el suelo como lo había estado la noche anterior. Y sus peores temores salieron a la superficie, Robbie se había arrepentido, lo creía un gran error, él tenía a Gregory, era obvio con quien se quedaría Robbie.

-Una vez más fuiste un estúpido Evan, dejaste que te usara nuevamente. No aprendiste la lección la primera vez, querías volver a vivirla. –Una lágrima furiosa bajó por su mejilla. ¿No se había dicho tiempo atrás que jamás lloraría por Robinson McLaren nunca más? Si lo había hecho, pero aquí estaba él nuevamente, llorando por ese maldito imbécil.

Tomó su ropa del baño y se dirigió a su coche, el de Robbie no se encontraba junto al suyo, era obvio Robinson quería dejar claro el mensaje, ahora él se iría. Lo había entendido perfectamente, como había dicho días antes, él era una maldita puta, y así era como se sentía ciertamente. Se sentía usado.

De la más maldita manera.

***

Dos meses después…

Evan Shaw estaba de camino por fin a la confrontación con el maldito distribuidor de drogas que tenían checado. El FBI los había contratado por ser sigilosos, y ellos respondían con un buen trabajo, ciertamente el maldito pervertido vendedor de drogas tenía muchos niños en su lujosa casa, algo que Evan aborrecía. Ahora el maldito seria arrestado y nadie sabría que fue su equipo el que colaboró.

Todos estaban en sus posiciones mientras el maldito salía escoltado por diez de sus matones, ciertamente era cauteloso el hombre. Quien lo diría, la misión más peligrosa en la vida de Evan se llamaba Robinson McLaren, pero aquí estaba él como un maldito héroe, no había logrado salir con su corazón intacto de esa maldita misión.

El maldito escritor se había robado su corazón y lo había pisoteado como un pedazo de nada…

Todo sucedió en menos de un minuto, en un instante estaba pensando en Robbie y al siguiente se había desatado una lucha de balas. Disparando por todas partes, pero había un niño en medio de la guerra, y ese chiquillo moriría si no hacía algo pronto. Su compañero Elvis pensó lo mismo porque lo tomó por el brazo, -Yo lo hago Evan. No tengo a nadie esperándome en casa. –Dijo con tristeza y con su muerte frente a sus ojos. –Ni yo –Dijo Evan a la vez que empujaba a Elvis de nuevo a su escondite y salía hecho una furia para apartar al niño. Elvis le gritó desde la lejanía mientras más balas salían. Solo eran un simple reflejo en el exterior, porque Evan tenía una misión, mucho más importante que el amor de un hombre, salvar la vida del niño que lo veía con ojos desesperados.

Sintió el aire salir de sus pulmones cuando un dolor como ningún otro lo lanzó al suelo con el chiquillo sollozando en sus brazos. Su espalda escocía, y su pecho se sentía caliente. Sintió más aguijonazos en el cuerpo, pero no eran comparados con el dolor que sentía en su pecho, en su corazón. Ese parecía ser el último aliento de Evan, el último en su vida, y no había sido al lado de Robbie, sino lejos de él. Porque solo lo había usado.

El sonido sordo de las balas pasando sobre su cabeza quedaron a la distancia, de su boca salían sonidos guturales, y tos con sangre, si definitivamente, la vida de Evan Shaw había sido desgraciada en algunos momentos pero muy dichosas en otros, tenía una hija que lo amaba, y muchas personas más… Pero, ¿Podía morir feliz? No, no podía, quería decirle a Robbie que lo amaba. Si no lo hacía no podía morirse, no después de hacerlo…

Ese fue el ultimo pensamiento coherente de Evan Shaw antes de que todo se desvaneciera a su alrededor, antes de que todo se fuera…