Capítulo 6 - Una vida sin ti

sábado, 12 de noviembre de 2011
-¿Qué? No haré lo que me dices Robbie. Eso sería como traicionar a Jamie.


-Eso, técnicamente no sería una traición corazón, yo estoy aquí. Se lo que está sucediendo. –La cara de Gregory no podía estar más descompuesta. –Jamie, ¿me estás diciendo que puedo ser la pareja de otro hombre sin que te importe?

-No. –Dijo Jamie moviendo su morena cabeza de un lado a otro y señalando a Gregory con el dedo índice. –Estoy diciendo que puedes fingir ser la pareja de alguien más, y además ese alguien es tu mejor amigo, el hombre necesita tu ayuda así que no lo defraudes.

Robbie solo veía como su mejor amigo y su pareja hablaban, él deseaba tener algo así. Pero pronto lo tendría. La había cagado con Evan, pero quería componerlo. Por eso le había pedido que lo ayudara con la remodelación, una cosa que podía hacer el solo. Pero ya estaba hecho.

Había estado presente el momento en el que Evan había llamado para los paquetes de seguridad. Pero él le dijo a Claire que le informara que había salido con su pareja a una cita. No pensaba hacerlo después de todo, pero antes de poder arrepentirse Evan llamó. Todo esto era como un juego de niños en el cual ambos estaban metidos hasta el cuello. Se amaban, lo sabían inconscientemente, pero no se atrevían a revelarlo.

-Está bien, lo hare. –Dijo Gregory sacándolo de sus pensamientos. –Pero solo porque es una situación desesperada.

-Trato –Dijo Robbie con una gran sonrisa en el rostro.

***

El día había llegado, en unos minutos llegaría Evan para irse juntos a la pequeña casa que había comprado. Esa pequeña porción de terreno con una casa de dos plantas y un pequeño porche al estilo antiguo si parecía un hogar, no la enorme mansión en la que vivía.

Todo estaba planeado, por lo menos eso pensaba Robbie, hablarían un poco sobre el paquete de seguridad de Evan, después harían trabajo físico, arreglar la casa también. Sus pensamientos trajeron a Robbie una gran sonrisa, él posiblemente podría meterse en los pantalones de Evan.

Salió y se sentó en los escalones del frente a esperar, su pickup Toyota ya estaba cargado con herramienta y con comida y unas mantas, y secretamente había en una pequeña bolsa un tubo de lubricante y una caja de condones. Uno nunca estaba seguro de que podría suceder.

Minutos después Evan llegó en su auto rentado y se estacionó detrás del auto de Robbie.

Cuando bajó se veía completamente exquisito, sus pantalones de vestir habían sido sustituidos por unos pantalones cortos color caqui, y la chaqueta y la blanca camisa por un polo color azul. Pero su expresión era cautelosa con cierta duda. Y Robbie lo entendía, si él hubiera estado en el lugar de Evan, se hubiera vuelto loco. Él deseaba tener esa figura de hombre en sus manos para moldearla a su antojo.

-Hola –Dijo Robbie levantando su mano derecha a modo de saludo.

-Hola –Regresó Evan. -¿Listo para un arduo día de trabajo físico?

-Estoy listo, necesito un poco de ejercicio últimamente. –Dijo Evan con esa sonrisa que hacía que Robbie se desvaneciera. ¿Ejercicio? Yo te lo doy en la cama. –No creo que necesites ejercicio. Pero vamos. ¿Vienes conmigo o te vas en tu coche? –Robbie se pateó mentalmente ante la pregunta. Obviamente quería que Evan se fuera con él, pero no quería obligarlo. Así que dio otra opción.

-Me iré en mi coche. No hay problema yo te sigo. –Bien, esa no era la respuesta que esperaba, pero estaba bien, sabía que no aguantaría estar durante media hora metido en un espacio reducido con Evan sin tocarlo. Tan solo recordar la mamada que le había dado hacia que estuviera tan excitado que quería golpear su cabeza contra el vidrio.

Caminó hasta su auto y sintió la mirada de Evan en él. Eso es lo que quería cuando se puso esos jeans ajustados y camiseta sin mangas.

Se metió en el auto y condujo durante media hora por la autopista, entró en alguno que otro barrio suburbano y por fin llegó a la reja de hierro forjado con una valla blanca que rodeaba su casa, la cual sería próximamente su hogar. Y aunque la pintura melocotón estaba descascarada en algunos lugares y el porche necesitaba algunos parches en el pequeño techo, el interior estaba casi totalmente intacto, incluyendo la recamara que había arreglado para esos días que quisiera alejarse de todo, y se agradeció a sí mismo por haberlo hecho, ahora ese era un lugar perfecto con Evan ahí.

Estacionó su auto y Evan hizo lo mismo. –Es una hermosa casa lo que tienes aquí Rob –Por lo que a Robbie concernía, le encantaba que Evan lo llamara así de nuevo, aunque traía un poco de nostalgia. Evan solo había usado el diminutivo cuando estaba frustrado por algo o cuando estaba en la cumbre del placer. Y al parecer Evan se dio cuenta de su error, así que cambió de tema. -¿Tienes las herramientas? Tenemos un largo día de trabajo.

***

Y así fue, fue un largo día, un día caluroso. El sol estaba en lo alto cuando Evan se quitó la camisa y se secó con ella el rostro.

Robbie quería pasar los dedos por esos definidos pectorales y lamer los excitados pezones. Toda su atención estaba puesta en el torso desnudo y con vello de Evan, ese vello marrón que desaparecía en la cintura de sus pantaloncillos. Y tan solo pensar en el gran premio que había debajo, lo hizo babear y sentir su dura polla presionando contra sus jeans, tenía un hambre tan grande por Evan que se disculpó para ir al baño.

Apenas había logrado cerrar la puerta cuando sacó su dolorido pene y lo bombeó rápidamente, sabía que no duraría mucho, su falta de sexo y la frustración por estar cerca de Evan lo llevaron al borde el último día, ahora ya no podía mas, había hecho un plan con Gregory, pero ahora se estaba arrepintiendo por ello.

Bajó completamente sus pantalones y se sentó en la tapadera del retrete, lentamente se acarició, imaginando que Evan estaba sobre él, que metía un dedo en su apretado agujero, Robbie hizo exactamente eso, metió un dedo dentro de sí mientras apretaba la punta de su pene con fuerza, él tenía que correrse pronto porque si no, Evan subiría a ver por que tardaba tanto. En su mente entro una imagen de Evan parado en la puerta del baño viéndolo mientras se masturbaba y eso hizo que su orgasmo fuera intenso, pinto su abdomen y su mentón.

No se había dado cuenta de que había gritado el nombre de Evan. Pero en ese momento no importaba, estaba en la más dichosa cúspide de la relajación post-coital.

Si un orgasmo era así de fuerte tan solo con imaginarse a Evan, no quería imaginarse cómo sería uno, con Evan sobre él. Porque con Evan quería ser el de abajo y el de arriba, no se quería imponer.

Se limpio rápidamente con una toalla húmeda y se subió los pantalones. Caminó mucho más tranquilo ahora que no había una maldita roca entre sus piernas, en el lugar que debería ocupar su pene. Pero esa dicha se difumó cuando su polla empezó a endurecerse de nuevo, Evan se encontraba inclinado sobre un taburete, estaba martillando una tabla y sus músculos ondulaban con cada golpe que daba, en la parte baja de su espalda había dos lindo hoyuelos, en los cuales quería sumergir su lengua. Tenía que salir de esa situación pronto.

Se aclaró la garganta para poder hablar con claridad. –Sabes, solicite los servicios de tu empresa para esta casa, me pienso mudar. Y necesito seguridad.

Evan se giró lentamente mientras se enderezaba y eso le dio un aire dramático a su personalidad. Y Robbie se dio cuenta de algo que no había notado antes en medio de su ola de lujuria. Evan tenía un tatuaje en el pectoral derecho. Para ser más exactos era un león parado en sus dos patas traseras con sus garras delanteras a la defensiva y el hocico abierto. Era muy hermoso, pero también tenía un sentido de dolor, un león a la defensiva, tratando de adormecer el sufrimiento con rabia.

Evan sintió la mirada de Robbie y se giró hacia la casa. –Es una casa muy bonita como lo dije antes. Y creo que necesita seguridad, un sistema de alarma sería perfecto, pero no te recomiendo que tengas guardias aquí, le daría un sentido muy valioso sin ven hombre alrededor, y serian más frecuentes los robos, lo que necesitas son cámaras y alarmas discretas pero potentes, y tengo el elemento perfecto para ti.

-Muchas gracias. Te lo agradezco de verdad. ¿No quieres comer algo, es muy tarde y no hemos almorzado?

-¿Alguien dijo almorzar? –Robbie se giró y su sonrisa creció cuando vio a la persona que había llegado.

-Gregory, cariño. Por fin llegas.

2 comentarios:

Beluchiss dijo...

holaaaa me encantooooo esperemoss que con estooo de fingir que gregory es su parejaa bo le salga todo mal y le de resultados positivos con evan...me voy a leer el siguiente!!!!!!

judith dijo...

Celos , eso es lo que intenta Robbie??? Evan se va a morir de celos , uff que nervios , voy por el siguiente . uno más y lo dejo por hoy ... me parece que eso lo dije en el primer capítulo . Estoy enganchadiisima a la historia .

Un abrazo .

Judith

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