Capítulo 5
Evan salió hecho una furia de la gran casa de Robbie, él nunca creyó posible que Robbie lo tratara de esa manera, y que hubiera pensado en él como una puta barata.
Realmente se sentía patético. Nunca esperó de Robbie una cálida bienvenida, pero tampoco la falta de interés, en cambio él, había luchado con su yo interior, el cual rogaba y se moría por caer a los pies de ese adonis. Ese hombre rubio que había conocido, solo se había hecho más hermoso con el paso de los años. Era como los buenos vinos.
Esos astutos ojos verde cristalino lo habían mirado de una manera extraña durante unos segundos, pero después solo había recelo. Evan había creído que todo se solucionaría, las viejas rencillas terminarían y las heridas se cerrarían, pero no fue así, ahora había nuevas heridas abiertas. Nuevas dudas en su corazón. Robbie lo había tratado como un cualquiera. Como un prostituto barato, y Evan había explotado en ese momento. Quería probarle a Robbie y probarse a sí mismo que él no era de esa manera, que él era un hombre decente, ¡Pero qué diablos! Él sabía que era un hombre decente.
Limpió furiosamente sus lágrimas, no quería sentirse de esa manera, se sentía sucio. Había tomado a Robbie profundamente, le había hecho el amor con su boca… ¡No! Simplemente había sido sexo oral impulsado por la furia, por más que lo amara, Robbie seguía siendo un maldito bastardo. Un bastardo sin sentimientos que lo había echado cuando se había aburrido de él. Cuando ya no lo satisfacía.
Tenía que calmarse para poder llamar a Elena, su gerente general en Arizona. Era cierto que sus oficinas principales se encontraban en Nueva York y en Los Ángeles, tenía que ocupar un pequeño lugar en otras partes.
Había mandado a Elena a cerrar un trato con una importante empresa de electrónica en Nueva York, pudo hacerlo él mismo, pero había puesto ante todo su trabajo con el cliente de Arizona, el cual era Robbie. Ahora estaba enfrascado.
Tomó el teléfono de su chaqueta gris, un buen gris, no como el gris rata que llevaba antes y marcó el número de Elena. -¿Diga? –Contestó ella al tercer timbre. –Elena, soy Evan Shaw, llamo para ver cómo va todo por allá. Elena, como Noemí, era una gran amiga, solo que tenia meses sin verla.
-¡Evan! Quiero decir, jefe. –Dijo en un tono más silencioso. –Estoy en medio de una junta con el presidente de Lambers&Kazaminsky Electronic. Todo va bien. Espero que siga así… Evan, ¿Qué sucede? –Su amiga siempre había sido tan perceptiva. Nada se le pasaba, y Evan con su rara situación, no era la excepción.
-Robbie. –Dijo simplemente. Y podía ver a Elena con humo saliendo de sus oídos. –¿Lo viste? Maldito bastardo. Me tengo que ir, pero cuando termine la junta, tú y yo tendremos una larga charla. ¿Entendido?
-Lo comprendo Elena. Cambio y fuera.
-Cambio y fuera, entonces. Te quiero.
-También te quiero Elena. –Después de su charla con Elena, se sentía más ligero, pero no todos sus problemas se solucionarían de la nada. Ahora que lo pensaba, se dio cuenta de que no había presentado el paquete de servicios a Robbie, y ciertamente no le agradaba la idea de volver a entrar en esa maldita oficina. Ciertamente la casa en sí, le daba un poco de miedo, era demasiado grande para un hombre. Pero claro, Robbie podía muy bien hacer fiestas todos los días y follar con hombres todos los días, así que Evan no tenía por qué preocuparse por él.
Tomó nuevamente su teléfono mientras se sentaba en la mesa más alejada den una cafetería que encontró en el camino y marcó el numero de la casa de Robbie. –Residencia McLaren, buenas tardes. –Uf, todo era tan bizarro. –Buenas tardes, busco al señor Robinson, soy Evan Shaw, llamo para la demostración de paquetes de seguridad. ¿El señor se encontrara?
-Lo siento señor Shaw, pero el señor salió a una cita con su pareja, si gusta dejarle algún mensaje, estaré encantada de notificárselo.
¿Pareja? Robbie tenía pareja. Eso no podía ser. Eso nunca lo había considerado Evan, y fue como una patada en las pelotas. Se sintió mareado y a punto de vomitar. -¿Señor Shaw? ¿Sigue usted ahí? –Preguntó la mujer.
-Sí, sigo aquí, pero no, no dejare ningún mensaje. Solo dígale que lo llamare mañana.
Evan colgó su móvil y se quedó viéndolo como si este le fuera a dar todas las respuestas que buscaba.
Aun sentía el sabor de Robbie en su boca, y este como si nada se había ido con su “pareja” a comer. Posiblemente aun estuviera con William. Pero Evan rápidamente descartó esa posibilidad. No sabía porque pero lo hizo.
Si tan solo tuviera las respuestas que quería, pero también era cierto que tenía que olvidar a Robbie y que se estaba creando una tormenta en un vaso de agua. Había problemas más grandes en el mundo y él se preocupaba por eso.
Todo estaba decidido, o por lo menos lo estaba para Evan, él no se quedaría para ver esto, mandaría a alguien más de la agencia y que se encargara de la seguridad de Robbie, el se metería en alguna misión grande para olvidar todo, para olvidar a Robbie, para olvidar su pasado y un futuro que jamás tendría con él.
Sin haber consumido nada, dejó unos cuantos billetes sobre la mesa, y se fue.
Al entrar a la habitación del hotel se llevó la sorpresa más grande del mundo. Su habitación estaba llena de rosas rojas. Y una nota estaba sobre la mesa del recibidor.
“Por qué me interesaste desde el momento en el que posé mis ojos en ti”
Era todo lo que decía la sencilla nota. Ningún nombre y ninguna inicial. Solo eso. Pero de quien podrían ser. Robbie definitivamente no tenía ese tipo de detalles, además estaba comprometido.
Realmente era un suceso muy extraño.
Su teléfono sonó y contestó rápidamente, no quería decir que estuviera esperando la llamada de nadie, pero… -Shaw.
-Hola Evan, soy Robbie. Quiero pedirte una gran disculpa por lo de hace unas horas. No era mi intención obligarte a nada.
-No te preocupes por nada Robinson, todos tenemos un papel. Pero no creo que hayas llamado solo para eso.
-Tienes mucha razón, llamo para pedirte ayuda, estoy remodelando una pequeña casa que compré pero no puedo hacerlo yo solo, necesito ayuda. Y eres la única persona que se me vino a la mente. ¿Qué me dices? Solo será trabajo físico. Nada de papeleos. Pero si quieres que te pague más por ello… tu solo dilo.
Evan se quedó en silencio por unos momentos, ¿Qué demonios estaba sucediendo? Hace unas horas había discutido con Robbie, le había dado una mamada, había recibido rosas de un extraño y ahora Robbie le pedía ayuda para pintar una casa. Jodidamente maravilloso.
-No, no quiero que me pagues más por ello, eso no está en el contrato. Solo dime lugar y hora.
3 comentarios:
ahhh mmm seraa Robbie el de las floresss mmm yo creoo que tal vez si el ama a Evan si bien no se porto muy bien cuando volvieron a encontrarsee el lo ama asi que yo creo que fue el el de las floress veremosss yy buenooo aceptooo ayudarlo a remodelar la casaaaa mmm estoy ansiosaaa por leer otrooo para ver como les va a los doss trabajando juntoss!!!! besoss y nos leemos!
Dios esperando saber quien es la nota ,besos esta muy bien ,besos
Espero que el de la nota sea Robbie . que romántico . Me encantan estos enorrmeess detalles . Muy bueno el capitulo . Estoy deseando que se encuentren de nuevo , a ver si lo arreglan.
Judith
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