Capítulo 4 -Secreto confeso

¿Por qué estará sonriendo tanto, y por qué demonios no está babeando por mí, como dijo Lidia que haría?, Pensó Stuart un tanto molesto. Nunca había fallado con su encanto.


Ya que no podía entablar alguna conversación con ella decidió estudiarla. Grandes ojos verdes, que se veían aun más grandes con esas gafas tan gruesas. Cabello rizado pero un tanto rebelde de un color miel. Una tez realmente exótica entre moca y crema. Aunque parecía extraño, Stuart alcanzó a distinguir las pecas que le salpicaban el puente de la nariz. Era menuda, no cómo las chicas de piernas interminables que a él le gustaban. Dio gracias a dios porqué Luce se hubiera quitado los frenos, ya que eso sería demasiado para su reputación... -Oye chico sé que soy rara, pero no es necesario que me pongas bajo un microscopio -Lo interrumpió ella.

-Oh, disculpa, no pretendía....

-Déjalo ya, no importa -Dijo ella regresando a su libro.

-Oye Stuart, escuché que tu y Lidia terminaron. Lo siento -Dijo Kate tratando de aligerar el ambiente.

-No importa, yo sabía que eso no iba a durar mucho -Contestó él, y volteó a ver a Luce por la esquina del ojo para ver su reacción. Se quedó asombrado que a ella no le importara en lo más mínimo.

Bien, esto de enamorarla iba a ser más difícil de lo que había planeado.

-Bien chicos, ustedes dos se tendrán que despedir ya por qué Kate y yo tenemos que ir a nuestra clase de Artes -Dijo Luce después de consultar su reloj.

-Que malvada eres Luce, no me dejas pasar tiempo con mi muñequita -Dijo Steve.

-Lo siento amigo, pero me la tengo que llevar. Además disfruto de mi maldad -Dijo ella retorciendo las manos, logrando que Stuart soltara una carcajada. Ella lo miró sorprendida. Como si se acabara de percatar de su presencia. Esto era extraño a cierto nivel.

-Bueno, como dije, despídanse chicos porqué nos vamos.

-Luce tiene razón Corazón, nos tenemos que ir -Ellos se despidieron y Luce se puso de pie recogiendo sus cosas.

-Bueno, se cuidan chicos, adiós -Se despidió jalando a Kate que no se despegaba de Steve.

-Te cuidas Luce.

-¡Igual! ¡Tú también Steve! -Gritó ella.

Una vez que se fueron Steve se giró hacia él y entrecerró sus ojos.

-¿Qué? -Preguntó Stuart.

-Dime que es lo que pretendes Stu -Preguntó Steve.

-Yo no pretendo absolutamente nada, solo reconsideré lo que me dijiste en la mañana. Y pues quiero conocer mejor a Luce, se ve que es una buena chica y me gustaría tratarla como amiga, ya que no estoy con Lidia, me gustaría hacer nuevas amistades.

-¿Seguro?- Preguntó su amigo dudoso.

-Seguro, tú me conoces muy bien. Yo sería incapaz de hacer algo malo a Luce -Dijo él, pero por debajo de la mesa estaba cruzando los dedos y esperando que esto no tuviera repercusiones en su amistad con Steve.