Hola mis chicos. esta noche solo les publicare un capítulo de Unidos por el Dorado y por desgracia es un poco CORTO pero bueno, de lo BUENO POCO! asi que espero que sigan leyendo estas historias, y sus comentarios me motivan a seguir escribiendo... para la proxima traere mas capitulos... y sin mas prambulos, les dejo el tercer capítulo de UNIDOS POR EL DORADO. ;D
Kyle Leto se encontraba en una hermosa y espaciosa habitación de color azul celeste, con grandes vitrales que daban al mar, las paredes estaban adornadas con exquisitos cuadros de paisajes. Los sillones estaban esparcidos por todo el recinto de manera exacta, y un gran librero contenía las obras más famosas del mundo. Desde un Shakespeare hasta un Neruda…
Las alfombras eran de un blanco tan profundo como la nieve. En ellas había patrones difíciles de describir para Kyle.
Todo en la habitación gritaba dinero. Pero él nunca se dejaría intimidar por algo así, él estaba allí para resolver un caso, o eso le dijeron en la estación. Él era un detective serio, uno al que todos respetaban. Su aspecto de película y sus ojos azules lo hacía un chico guapo. Su cabello marrón era un poco largo, pero no como para recibir un reporte del capitán. Si, a sus treinta años, Kyle era un chico respetado.
Siguió vagabundeando por la habitación, de la cual, extrañamente no podía salir, porque no había ninguna puerta a la vista, ni siquiera recordaba cómo había entrado en primer lugar, se detuvo frente a uno de los grandes vitrales y contempló la puesta de sol. Ver el sol ocultarse en el mar como si este fuera una gran manta que lo cubría, era tan hermoso. Nunca en su ajetreada vida se había detenido a observar una puesta de sol, no desde que había perdido a su madre, por lo menos.
Se separó de la ventana porque no quería que los recuerdos dolorosos lo embargaran.
Caminó alrededor de los sillones, pero algo detrás de uno de los más grandes llamó su atención.
Caminó lentamente hasta el sitio que había tomado su completo interés. Y lo que encontró lo tomó completamente por sorpresa, pero le era algo totalmente familiar a la vez. Era totalmente espantoso, y al ver al hombre rubio tirado en el suelto cubierto totalmente de sangre desde la cabeza a los pies y el esternón expuesto, hizo que su lado más protector saliera al igual que su detective interior.
Tomó al hombre por el cuello tratando de localizar el pulso, pero no registró nada. Trató durante algunos minutos, hasta que recordó que sabía primeros auxilios. Pero por más que lo intentaba, el hombre simplemente no reaccionaba. Todo lo que hacía era quedarse quieto y con los labios azules. Había sangre por todos lados, y esta se estaba haciendo lugar en Kyle. Algo que lo asustó mucho fue el hecho de que la sangre subía como un animal por su cuerpo.
Como en una película de terror, el hombre que se encontraba tirado con la camisa tan blanca como las plumas… la cual había estado manchada de sangre hacía tan solo unos segundos, se sentó tambaleante y le dio una enorme y grotesca sonrisa a Kyle.
-No puedes alejarte de nosotros, no nos puedes matar. –Kyle se sintió tambalear, se levantó del piso completamente manchado de sangre y se alejó del sujeto que aun sonreía.
-¿Quién eres tú? –Susurró, pero algo en su interior, algo muy guardado, le dijo que ya lo sabía.
Kyle despertó sobresaltado y empapado de sudor. Ese maldito sueño de nuevo. De unas semanas a la fecha había empezado a tener ese tipo de sueños, y ese era el que más terror le daba. Algo no se sentía bien, como si algo estuviera esperando por él, pero aun no sabía con certeza que era.
Observó su habitación con detenimiento. Todo estaba igual, las paredes de color azul turquesa, las fotografías antiguas de él y su hermana, su cómoda con todas sus cosas encima, la silla junto a la puerta en la que había dejado caer su saco y su corbata la noche anterior, el televisor, y la mesita de noche con el vaso de agua y el reloj despertador, el cual marcaba las cinco de la mañana.
-Todo está bien Leto, simplemente estas un poco delirante y paranoico. Y es hora de levantarse.
Genial, ahora estaba hablando solo. Necesitaba una mujer, y pronto.
Se levantó y fue al baño. Terminó con sus asuntos y se metió al chorro caliente de la ducha. Todo lo que quería era una noche de paz, con un sueño regular, pero algo en su subconsciente no se lo permitía, algo que estaba pendiente, pero Kyle no sabía qué demonios era.
A pesar de su falta de sueño, y todo lo acontecido a su alrededor, su pene siempre tenía ganas de acción, y solo estaba la señora mano para complacerlo. Tomó un poco de jabón y empezó a frotar lentamente su pene, solo para que despertara y se diera cuenta de lo que hacía. –Vamos amigo, ¿recuerdas a la brasileña? –Su pene saltó en anticipación con sus palabras. –Sí que la recordamos.
Tomó más jabón y movió su mano un poco más rápido, la deliciosa fricción lo estaba matando. Con lo que deseaba tener a una muy bien expuesta mujer frente a sus ojos, una mujer que lo complaciera. Y dejara que Kyle la perforara.
Su pene estaba tan duro que era un poco incomodo masturbarse, su mano dolía de tanto moverse, pero Kyle necesitada desahogarse de todo el placer que lo embargaba, trató de imaginar a la brasileña que le había dado la mamada de su vida, pero en su mente apareció otra imagen, una imagen muy perturbadora, pero a Kyle no le importó, necesitaba liberarse y pronto. En ese momento no le importó que su fantasía fuera del género equivocado, y él lo estuviera follando. Era el mismo hombre rubio del sueño, solo que esta vez estaba sobre sus manos y rodillas y suplicaba ser follado con más intensidad.
Se corrió tan duro que sintió que el aire se escapaba de sus pulmones. Todo había sido tan intenso que se asustó.
-No soy gay –Se dijo en voz alta. –No soy un maldito maricón de mierda… pero estuvo fantástico.
Kyle Leto se encontraba en una hermosa y espaciosa habitación de color azul celeste, con grandes vitrales que daban al mar, las paredes estaban adornadas con exquisitos cuadros de paisajes. Los sillones estaban esparcidos por todo el recinto de manera exacta, y un gran librero contenía las obras más famosas del mundo. Desde un Shakespeare hasta un Neruda…
Las alfombras eran de un blanco tan profundo como la nieve. En ellas había patrones difíciles de describir para Kyle.
Todo en la habitación gritaba dinero. Pero él nunca se dejaría intimidar por algo así, él estaba allí para resolver un caso, o eso le dijeron en la estación. Él era un detective serio, uno al que todos respetaban. Su aspecto de película y sus ojos azules lo hacía un chico guapo. Su cabello marrón era un poco largo, pero no como para recibir un reporte del capitán. Si, a sus treinta años, Kyle era un chico respetado.
Siguió vagabundeando por la habitación, de la cual, extrañamente no podía salir, porque no había ninguna puerta a la vista, ni siquiera recordaba cómo había entrado en primer lugar, se detuvo frente a uno de los grandes vitrales y contempló la puesta de sol. Ver el sol ocultarse en el mar como si este fuera una gran manta que lo cubría, era tan hermoso. Nunca en su ajetreada vida se había detenido a observar una puesta de sol, no desde que había perdido a su madre, por lo menos.
Se separó de la ventana porque no quería que los recuerdos dolorosos lo embargaran.
Caminó alrededor de los sillones, pero algo detrás de uno de los más grandes llamó su atención.
Caminó lentamente hasta el sitio que había tomado su completo interés. Y lo que encontró lo tomó completamente por sorpresa, pero le era algo totalmente familiar a la vez. Era totalmente espantoso, y al ver al hombre rubio tirado en el suelto cubierto totalmente de sangre desde la cabeza a los pies y el esternón expuesto, hizo que su lado más protector saliera al igual que su detective interior.
Tomó al hombre por el cuello tratando de localizar el pulso, pero no registró nada. Trató durante algunos minutos, hasta que recordó que sabía primeros auxilios. Pero por más que lo intentaba, el hombre simplemente no reaccionaba. Todo lo que hacía era quedarse quieto y con los labios azules. Había sangre por todos lados, y esta se estaba haciendo lugar en Kyle. Algo que lo asustó mucho fue el hecho de que la sangre subía como un animal por su cuerpo.
Como en una película de terror, el hombre que se encontraba tirado con la camisa tan blanca como las plumas… la cual había estado manchada de sangre hacía tan solo unos segundos, se sentó tambaleante y le dio una enorme y grotesca sonrisa a Kyle.
-No puedes alejarte de nosotros, no nos puedes matar. –Kyle se sintió tambalear, se levantó del piso completamente manchado de sangre y se alejó del sujeto que aun sonreía.
-¿Quién eres tú? –Susurró, pero algo en su interior, algo muy guardado, le dijo que ya lo sabía.
Kyle despertó sobresaltado y empapado de sudor. Ese maldito sueño de nuevo. De unas semanas a la fecha había empezado a tener ese tipo de sueños, y ese era el que más terror le daba. Algo no se sentía bien, como si algo estuviera esperando por él, pero aun no sabía con certeza que era.
Observó su habitación con detenimiento. Todo estaba igual, las paredes de color azul turquesa, las fotografías antiguas de él y su hermana, su cómoda con todas sus cosas encima, la silla junto a la puerta en la que había dejado caer su saco y su corbata la noche anterior, el televisor, y la mesita de noche con el vaso de agua y el reloj despertador, el cual marcaba las cinco de la mañana.
-Todo está bien Leto, simplemente estas un poco delirante y paranoico. Y es hora de levantarse.
Genial, ahora estaba hablando solo. Necesitaba una mujer, y pronto.
Se levantó y fue al baño. Terminó con sus asuntos y se metió al chorro caliente de la ducha. Todo lo que quería era una noche de paz, con un sueño regular, pero algo en su subconsciente no se lo permitía, algo que estaba pendiente, pero Kyle no sabía qué demonios era.
A pesar de su falta de sueño, y todo lo acontecido a su alrededor, su pene siempre tenía ganas de acción, y solo estaba la señora mano para complacerlo. Tomó un poco de jabón y empezó a frotar lentamente su pene, solo para que despertara y se diera cuenta de lo que hacía. –Vamos amigo, ¿recuerdas a la brasileña? –Su pene saltó en anticipación con sus palabras. –Sí que la recordamos.
Tomó más jabón y movió su mano un poco más rápido, la deliciosa fricción lo estaba matando. Con lo que deseaba tener a una muy bien expuesta mujer frente a sus ojos, una mujer que lo complaciera. Y dejara que Kyle la perforara.
Su pene estaba tan duro que era un poco incomodo masturbarse, su mano dolía de tanto moverse, pero Kyle necesitada desahogarse de todo el placer que lo embargaba, trató de imaginar a la brasileña que le había dado la mamada de su vida, pero en su mente apareció otra imagen, una imagen muy perturbadora, pero a Kyle no le importó, necesitaba liberarse y pronto. En ese momento no le importó que su fantasía fuera del género equivocado, y él lo estuviera follando. Era el mismo hombre rubio del sueño, solo que esta vez estaba sobre sus manos y rodillas y suplicaba ser follado con más intensidad.
Se corrió tan duro que sintió que el aire se escapaba de sus pulmones. Todo había sido tan intenso que se asustó.
-No soy gay –Se dijo en voz alta. –No soy un maldito maricón de mierda… pero estuvo fantástico.
3 comentarios:
Gracias por el nuevo capi, realmente es corto, pero me gusto...
Saludos,
holaaa ahh aquiiiii estoyyy me pudee escaparr jaajaj!!!! ya quieroo volver al ritmooo pero no puedo por el momentoo me encanto el capii ahhh kyle parece que lucha contra lo que sientee mmm me re gustoo y estoy ansiosaa por leer mass...ya quieroo que se encuentrenn los tress jee..!!!! besos eress una geniaaa!!!!! y piensoo que en unos dias voy apoder estar mas libre y pasar mas tiempoooo!!!
los capitulos son interesante cuando mas ?????
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