Capítulo 9 -Elena

Cinco meses después…


Bien, eran siete meses y el abultado vientre de Elena sobrepasaba cualquier estándar que hubiera imaginado. Nunca en su vida hubiera imaginado que su barriga se estirara de una manera tan descomunal. Hacia viajes continuos a Nueva York para visitar a su amigo, todos los presentes en el hospital la mimaban tanto a ella como a Evan. Si tan solo él pudiera abrir esos hermosos ojos verde-amarillos. Ella echaba de menos la chispa de esos ojos.

El día anterior había acudido al doctor para saber el sexo de su bebé, y ella había llorado de felicidad cuando el médico le dijo que eran dos y no uno. Era un niño y una niña. Todos habían reído por la noticia, su madre había saltado de alegría, o eso se imaginó al escuchar el sonido de pies al otro lado de la línea. Su padre se había escuchado gritar. Todo estaba casi perfecto, solo faltaba que Evan despertara y pudiera gritar y festejar con ella.

Todos estaban reunidos en el hospital, Robbie, quien no le caía mal después de todo, Gregory y su marido Jamie, los padres de Evan, su hija y su ex esposa con su actual marido, lo que era raro de ver para Elena que los había visto muy felices años antes, una de sus mejores amigas, Noemí, Elvis, que era como la sangre para su corazón desde hacía algunos años a pesar de la distancia, la había ayudado cuando un hombre como Mark la había insultado, la había dejado tirada cuando más lo necesitaba, había deshecho su compromiso, pero ella no quería pensar en ello en un momento como aquel. Con Elvis estaban Gabe Kachok y Suffe Gavarain. A los cuales no podía quitarles la mirada de encima, los tres estaban buenísimos, y todo lo hacía mejor ya que Gabe era su ginecólogo. Tan solo imaginarlo entre sus piernas hacia cosas raras en Elena. Pero sabía que no podía seguir con esa línea de pensamientos, ella era una buena futura mamá. Todos charlaban acerca de su día –El personal del hospital ya no decía nada al respecto, se habían acostumbrado a su presencia, y hasta eran amigos de algunos doctores y residentes-. Cuando una camilla llegó por la puerta de emergencia, todos los paramédicos parecían un poco dramáticos como todo el tiempo, lo que es bueno en algunos casos, pero en esa ocasión todo fue demasiado. El sujeto que se encontraba en la camilla solo se quejaba de su brazo izquierdo. Elena se quedó muda y con los ojos como platos cuando se dio cuenta de que ese hombre era Mark. ¿Por qué siempre le sucedían cosas inesperadas e indeseables?

Elvis pasó la mano frente a su mirada, pero ella no despegaba la vista de la puerta por la que había desaparecido la camilla con Mark en ella. -¿Elena? –Preguntó Gabe. -¿Te encuentras bien? –Ella despejó su vista y vio a todo el mundo en la sala. Todos ellos eran amigos, la situación de Evan los había unido. Muchísimo a decir verdad, varios de ellos no se conocían antes de entrar por la puerta principal aquel primer día del coma de Evan, y ahora no podrían salir a su día sin llamarse para saludar.

Antes de que Elena pudiera contestar llegó una mujer echa una tromba por la puerta principal del hospital. Llegó al mostrador de recepción en menos de diez segundos. –Disculpe señorita, puede decirme como se encuentra Evan Shaw. –El acento era demasiado familiar e inconfundible para Elena. La enfermera señaló hacia donde se encontraba el grupo reunido y la mujer se apresuró hacia ellos. Si, definitivamente era ella, era su amiga Penélope. La chica española que había estudiado con ella y con Evan en la universidad. ¡Diablos! Los tres habían compartido dormitorio.

Penélope se detuvo a mitad del camino para ver impactada a Elena. Ella pensaba que estaba viéndola a ella, que veía su recién arreglado cabello, el cual había regresado a su color natural, su rostro más despejado, pero no, Penélope estaba viendo su abultado vientre. – ¡Jolines mujer! ¿Qué diablos te ha pasado? –Sonrió para que Elena viera que era una broma. -¿Quieres que te explique el proceso tontorrona? –Contestó a cambio Elena.

-No quiero detalles. –Dijo Penélope mientras se acercaba y abrazaba fuertemente a Elena. –Diablos, te extrañe muchísimo mujer. –Elena se secaba las lágrimas.

-Lo sé, yo extrañé a ambos. Y bueno, ahora me quedare una larga temporada mientras que Evan se recupera, tan solo siento no haberme presentado mucho antes.

-No te preocupes, no eres culpable de nada, ahora quiero presentarte a todo el grupo…

***

Una hora después de las presentaciones, Penélope estaba conviviendo y charlando con todos a la vez. Lo que dicen de los españoles, que hablan un poco fuerte, tal vez si se aplique a Penélope, solo cuando estaba emocionada o excitada por algo.

Elena sonreía por una estupidez que había dicho Gregory, cuando vio a Mark salir de la puerta de emergencias por la que había entrado. Pero ahora traía un cabestrillo en su brazo izquierdo. -¿Qué sucede Elena? –Preguntó nuevamente Gabe, y ella automáticamente se llevó la mano al vientre. –Acabo de ver al padre de mis bebés. –Su fácil respuesta dicha monótonamente hizo que tanto Gregory como Gabe estuvieran a su lado tomando sus manos. –Tranquila quería, nuestros bebés estarán bien. –Decía Gregory en voz alta, trataba de llamar la atención de Mark hacia ellos, lo que logró malditamente bien.

-¿Qué demonios están haciendo? –Preguntó Elena con los dientes apretados.

Y bueno, Penélope no es hizo esperar. -¿Pero de quien son los bebés son de Gregory o de Gabe?

-No nos importa de quien sean, lo importante es que somos una familia y nos amamos. –Algunos de los que se encontraban en el grupo ocultaron las carcajadas con una simulada tos, entre ellos estaba Robbie, el cual no sonreía mucho últimamente.

Mark se acercó al grupo reunido, y Elena se levantó de su asiento con Gregory y Gabe aun rodeándola. –Señorita Carson… un gusto verla nuevamente. –Dijo Mark viéndola de manera significativa. Pero Elena no caería nuevamente. –Señor Kazaminsky, lo mismo digo de usted.

-Me entere de lo que sucedió con el presidente de su compañía, venia hacia acá cuando un pequeño accidente de tráfico hizo que me demorara.

-Por los gritos que dio hace una hora, lo menos que me parece a mí, es un pequeño accidente.

-Ya sabe que algunos de nosotros somos un pocos ruidosos cuando de algunas situaciones se trata –Contestó Mark a la defensiva y con un brillo de maldad en su mirada. Elena quería perderse en esa malvada mirada, pero no se lo permitió, no se humillaría nuevamente.

-Cariño, ¿no nos presentaras al señor? –Dijo Gregory rodeando su cintura y besando su frente.

-Sí, lo siento, chicos él es Mark Kazaminsky, un socio de la compañía.

Todos murmuraron un pequeño saludo mientras Mark sonreía. –Me parece lamentable lo que sucedió con el señor Shaw. Y a propósito, felicidades por su embarazo –Dijo Mark con cara de póker, y Elena quería partirle la cara de un maldito golpe. Pero una futura mamá de dos niños, no podía hacerlo. Así que le dio una de sus más dulces sonrisas. –Muchísimas gracias señor Kazaminsky, yo también quiero felicitarlo por su próxima boda. Será en unas semanas, ¿no es así? -No quería que saliera todo el rencor y el dolor que llevaba dentro, pero no lo pudo contener. Pero esperaba que Mark no lo notara.

-Parece que usted está muy bien informada acerca de mi vida –Contestó a cambio Mark con una sonrisa totalmente falsa. Pero la dulce sonrisa de Elena nunca desapareció. –No señor Kazaminsky, lo que sucede es que su futura esposa tiene unas excelentes relaciones publicas. Y usted es una figura casi pública, así que no es de esperar que no lo sepa. –Todos alrededor estaban en silencio, obviamente disfrutando del veneno disimulado que arrojaba Elena. Y de la posición tensa de Mark.

-Tiene mucha razón. Ahora iré a ducharme a mi hotel, pero regresare por aquí en unas horas, quisiera estar alrededor por algún tiempo.

-En realidad no tiene por qué hacerlo. Nosotros cuidamos muy bien de Evan. Además usted tiene una boda que planificar.

-No se preocupe por mi boda, que Kayla, mi prometida, lo está llevando bien. Me preocupo por mis socios, aunque usted no lo crea señora. Ahora si me disculpan, iré a descansar un rato. –Mark se despidió de todos y se fue. Elena dejó salir el aire que no sabía que estaba conteniendo y se relajó.

-¡Joder Elena! Doy una mierda si eso no fue excitante. –Dijo Penélope levantándose de su asiento y caminando por la sala. –Tenemos que hacer creer a ese estúpido hombre que tú lo olvidaste, porque es obvio que no es así. Tú lo amas más que nada en el mundo. Tu –Dijo señalando a Gabe –Serás su pareja –Gabe se encogió de hombros y le guiñó un ojo a Elena. –Que más diera yo porque ella fuera mía. –La cara de Elena se tornó roja, y Gabe le dio una sonrisa de travesura. Si, definitivamente no ayudaba que Gabe fuera su ginecólogo y hubiera estado entre sus piernas.

-Bien, y tu –Dijo cuando apuntó a Gregory también. –También serás su pareja.

-Bueno, creo que Jamie esta preparándose para ser mi representante cuando sea actor, así que no creo que sea un problema. –Dijo guiñándole un ojo a su marido.

-Creo que estas precipitando las cosas Penélope. –Dijo Elena de manera práctica. –Para que hacemos todo eso, a Mark no le importó, así que para que me tomo el tiempo de hacer todo el drama.

-Elena amiga, no me precipito, solo hago algo que una buena amiga haría, tratar de llevar el temperamento de un hombre al máximo, cosa que hago todos los días con mi jefe. Pero no es lo mismo. Ahora me divertiré sin miedo a que me echen de mi empleo. –Terminó con una sonrisa.

-No sé si eso sea buena idea, me pasó de primera mano –Habló Robbie por primera vez desde la esquina. –Lo que pasa es que tu plan no estuvo tan bien estructurado ni bien dirigido, yo sé lo que hago macho. –Robbie giró sus ojos azules, y siguió la charla con una sonrisa. Lo que le pareció la gloria a Elena, por que Robbie era un hombre completamente diferente desde el “Accidente” de Evan.

-Bueno, entonces manos a la obra. –Dijo Penélope moviendo sus manos de manera frenética en el aire. -Pero primero, quiero un sándwich y una hora de sueño. Una creadora intelectual tiene que sobrevivir.